¿QUÉ ES EL SEXTING Y CUÁNDO SE PUEDE CONVERTIR EN UN PROBLEMA ?
Se denomina sexting a la actividad de enviar fotos, videos o mensajes de contenido sexual y erótico personal a través de dispositivos tecnológicos, ya sea utilizando aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales, correo electrónico u otra herramienta de comunicación. La palabra sexting es un acrónimo en inglés formado por `sex´ (sexo) y `texting´ (escribir mensajes).
Se espera que una práctica de tipo sexual sea realizada por adultos, sin embargo, con el advenimiento de la tecnología, este comportamiento ha crecido entre los menores de edad, siendo la infancia y la adolescencia los grupos más vulnerables, otorgando especial atención a los preadolescentes de 10 a 12 años, debido a que a estas edades no se tiene consciencia clara de toda la responsabilidad y los peligros que esta práctica sexual lleva consigo.
El contenido erótico audiovisual es generado por quien envía el mensaje, quien lo realiza deliberadamente a otra persona con fines sexuales, sin embargo con el surgimiento de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, el control de este tipo de mensajes se les ha ido de las manos a quienes los envían, provocando así la fuga de esta información, pudiendo incluso llegar a viralizarse.
Esta es la razón por la que esta práctica se ha vuelto peligrosa, ya que cuando se pierde el control de lo que se comparte, se pierde además la intimidad de quien realiza este comportamiento, ocasionando graves repercusiones personales y sociales. Otra de las repercusiones es que muchos niños o adolescentes pueden verse presionados por su entorno social o sus parejas para realizar este tipo de prácticas debido a la ausencia de una adecuada autoestima y control por parte de sus padres o cuidadores.
¿Qué riesgos puede correr la persona que hace mal uso de esta práctica?
Los riesgos de esta práctica comienzan con la divulgación de las imágenes o vídeos entre personas que no eran sus destinatarios. Al tratarse de contenidos íntimos, su difusión supone una pérdida de privacidad, por lo que produce un agravio a la reputación de la persona de quien se envío la información, deteriorando por lo tanto su imagen pública. El sentimiento de humillación y traición que ello implica puede provocar falta de confianza en futuras relaciones, además de problemas psicológicos como ansiedad, depresión, etc.
Asimismo, esta divulgación también puede suponer consecuencias más complejas como:
*Ciberbullying: Humillación pública que puede dar lugar a conductas de acoso al protagonista derivando en un ciberacoso.
*Grooming y acoso sexual: En los casos de acoso sexual o de acercamiento de adultos a menores con intenciones sexuales, es habitual esta extorsión por exigir que se envíen más contenidos, o incluso contacto sexual directo.
*Extorsión o chantaje: El contenido también puede utilizarse como herramienta de chantaje solicitante cualquier recompensa a cambio de no hacer difusión.
Estos contenidos pueden ser utilizados para agresores para seleccionar sus víctimas. En ocasiones, los contenidos muestran elementos que ayudan a determinar la localización fácilmente (centro donde estudian, domicilio, geolocatización, etc).
También es importante tener en cuenta las consecuencias legales por parte de quien lo practica. Estos pueden ser acusados de:
*Exhibicionismo y provocación sexual a menores. *Generación, producción, difusión o tenencia de pornografía infantil
*Revelación de secretos y delitos contra la intimidad y el honor. *Delitos contra la libertad sexual.
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