¿Qué es el fisting y cómo se practica?

Para los que gustan de prácticas sexuales extremas, el ’fisting’ es una variante del sadomasoquismo que consiste en la introducción de la mano o parte del brazo en la vagina o el recto para que la pareja tenga una excitación elevada.

Para llevarla a cabo, debe existir comunicación conyugal y ser conscientes del peligro que ocasionaría este impulso sexual; porque aunque puede generar placer, es necesario comprender que es una técnica en la que la salud vaginal o anal podrían estar en riesgo, si no se cuenta con la dilatación adecuada.

La médica y sexóloga María José Hurtado aconseja tener mucho cuidado. “Para tener una experiencia sexual más allá de lo habitual siempre hay que ser precavidos. Primero informarse cómo hacerlo y lo más importante es tener una preparación previa”, dice.

El fisting puede proporcionar placer y convertirse en uno de tus momentos favoritos, pero ojo: siempre debe ser consensuado. Hurtado explica que esta manipulación del órgano sexual femenino proporciona una gran “sensación de plenitud porque al introducir la mano en el orificio deseado se estimula mucho más el tejido interior del receptor”.

Por su parte, la doctora Adita Meza resalta esta práctica como psicológicamente provechosa por el gran apego íntimo al que está expuesta la pareja.

“No solo la persona que recibe siente placer. La persona que realiza la penetración se va a llevar una experiencia satisfactoria porque esto permite tener un contacto completo. Además, sentirá el calor y el erotismo que emana del cuerpo de su pareja”, describe Meza.

Las expertas aciertan que un 60 % del fisting es practicado por la misma persona. Esto se debe a que primero —tanto hombres como mujeres— desean conocer hasta que punto pueden soportar el dolor que les causa, para de ese modo permitir que otra persona lo intente.

Sin embargo, Hurtado opina que lo malo de esta praxis es que la misma persona no lo puede hacer bien. “Normalmente esto es de dos, pero en la pubertad, cuando todos estos cambios hormonales empiezan a aparecer, los chicos y chicas apuntan a experimentar sobre sus propios cuerpos”, detalla.

Además, Hurtado advierte que existen consecuencias en la mala practica de este fetiche sexual.

“Muchas veces este requerimiento puede ocasionar hemorragia por la presión o e tipo de movimiento que se ejecute dentro del ano o de la vagina. Por lo que se recomienda parar de inmediato al mínimo dolor sentido”, instruye.

Si no se mide la fuerza con la que se realizan los movimientos, aunque a primera instancia se sentirá placer, los dolores vendrán acompañados de náuseas, vómitos y cansancio.

“Es posible sentir algún tipo de ardor en las zonas donde se ha efectuado el fisting. Los rasguños pueden causar sangrado si se tienen las uñas largas”, dice la experta,. Por eso, seimpre es aconsejable parar cuando se evidencia malestar.

Si la pareja quiere realizar fisting, Meza recomienda lo siguiente:

- Lubricar la zona previamente.

- Si alguno de los involucrados no siente placer, se debe parar y buscar otra postura que satisfaga a ambos.

- No ser violento, ir despacio y hacerlo suave.

- Optar por movimientos lentos y rotativos que faciliten la penetración.

Fuente: Extra