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Plan de acción busca conservar a las 630 especies de anfibios del Ecuador y todos sus hábitats


El 57 % de las especies de anfibios del país tiene algún grado de amenaza de extinción. El alarmante dato se conoció el 28 de agosto pasado cuando autoridades nacionales, académicas y de organizaciones ambientales presentaron la actualización de la Lista Roja de Anfibios del Ecuador.


Herpetólogos del Ministerio del Ambiente y Agua (MAAE), del Instituto Nacional de Biodiversidad, universidades y organizaciones no gubernamentales se encargaron del levantamiento de la información.


La iniciativa contó con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.


En el informe se evidencia que de las 630 especies de anfibios reconocidas, 83 se encuentran en la categoría Estado Crítico, 149 En Peligro, 129 Vulnerable, 76 como Casi Amenazadas, 25 en la categoría Datos Insuficientes y 168 en Preocupación Menor. Además, se conoció que 288 de las 630 especies son endémicas.


El género Atelopus es el grupo que contiene a las especies de ranas más amenazadas en el país. Entre ellas se encuentran la rana militar (habita en Guayas), la rana arlequín triste (ubicada en el Parque Nacional Cajas) o la rana esquelética y rana del río Faisanes (ubicadas en Carchi).


Estas especies son focales del Proyecto Conservación de Anfibios del Ecuador y Uso Sostenible de sus Recursos Genéticos (PARG).


El nivel de riesgo de los anfibios aumentó en un 50 % en comparación con la última evaluación realizada en 2011.


A través de patrones espaciales se determinó que en regiones como la Costa la fuerte conversión de ambientes naturales a agropastoriles o agroecosistémicos son la principal amenaza de los anfibios.


En tanto, en la Amazonía las vías y conexiones que se han construido para acceder a actividades petroleras son los principales problemas. En el sur del país, las repercusiones de la minería impactan fuertemente a estos animales.


El cambio climático y enfermedades emergentes (hongos y ranavirus) también perjudican a los anfibios. La región del Chocó, los alrededores del volcán Sumaco y las estribaciones andino-amazónicas del centro-sur son las zonas con una alta concentración de especies amenazadas.


Otro dato interesante que se detalló es que el 10 % del total de las especies fueron registradas fuera de las áreas naturales protegidas por el Estado ecuatoriano. Desde la década del 80 se evidencia una “alarmante” declinación de las poblaciones.


Con toda esta información se busca generar política pública que ayude a la conservación de los hábitats de esta especie, afirmó Mauricio Ortega, docente investigador de la Universidad Amazónica Regional Ikiam el día de la presentación de la Lista Roja.


Con la actualización de este listado también se presentó el Plan de acción nacional para la conservación de los anfibios del Ecuador. Uno de los principales objetivos es mantener y recuperar las poblaciones genéticamente viables al 2030 a través del impulso de políticas, legislación y articulación institucional.


Además, se establece la investigación y monitoreo a largo plazo para encontrar cambios que puedan deteriorar las poblaciones.


También se aboga por la conservación dentro y fuera de áreas protegidas y el uso sostenible de los anfibios, ya que tienen moléculas con potencial farmacéutico.


Steven Petersen, viceministro del Ambiente, dice que es particularmente necesario que Ecuador tenga un plan de acción para anfibios debido a su importancia en la naturaleza.


“Son herramientas que nos permitirán desarrollar política pública de calidad que sea eficiente para tomar decisiones correctas para fortalecer la gestión ambiental”, afirma.


Además, resalta el potencial de los anfibios para contribuir en otros sectores: “Hay la necesidad urgente de fomentar la investigación aplicada sobre este tipo de especie que nos lleve al uso sostenible de la biodiversidad. Además, ellos son indicadores fundamentales para medir la calidad de los ecosistemas y con base en eso tomar decisiones”, señala.


Añade que el MAAE ya ha aplicado varios proyectos para la conservación de estas especies: “La Lista Roja y el plan de acción ayudarán a proteger los ecosistemas de los anfibios a largo plazo”, dice.


Ecuador es uno de los países de Latinoamérica con la mayor diversidad de anfibios existentes en el territorio.

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