La educación sexual, una responsabilidad de los padres, que previene abusos
Enseñarles a identificar su cuerpo y llamar cada parte por su nombre les permite entender de mejor manera que nadie los puede tocar.
Con las escuelas cerradas, la virtualidad se convierte en un espacio donde la prioridad es reforzar conocimientos de las materias ‘base’ como matemáticas, lenguaje y ciencias naturales.
“No hay tiempo para desviarse del tema. Tampoco hay espacios de charlas sobre problemáticas actuales. La virtualidad nos acerca, pero también nos limita”, detalla Sonia Andrade, sicóloga educativa, quien indica que en 2018 la iniciativa ‘Y tú ¿ya lo hiciste?’ determinó que el 80% de estudiantes no hablan con sus padres sobre sexualidad y llevan sus consultas al colegio o prefieren informarse por internet.
La familia significa educación continua
Pero la educación sexual no es una rama que deba atender exclusivamente la escuela. “Esta designación socialmente se le ha dado la escuela, pero en realidad parte de la familia”, dice Eva Peñafiel, coordinadora nacional de protección infantil de Aldeas SOS.
Los hogares deben convertirse en espacios donde se reconozcan las emociones, los roles de género y los elementos de riesgo para un menor (ver infografía).
Para los padres es importante reconocer cómo fueron criados, qué mitos tienen acerca de “estos temas complejos de la sexualidad”, pues solo la comunicación efectiva puede preparar a los menores para identificar potenciales agresores sexuales, entender la importancia de denunciar, evitar embarazos adolescentes o el contagio de enfermedades de transmisión sexual.
Los temas dependen de la edad
“Yo ya hablé de sexualidad con mi hijo cuando tenía 12 años”, son algunas de las frases con las que los padres sienten que han ‘cumplido’ su rol de educar.
“Es importante que la familia entienda el desarrollo sexual del niño en sus diferentes etapas”, dice Peñafiel.
Educación no verbal
Con los adolescentes es importante hablar sobre nuevas masculinidades, es decir, el respeto a los cuerpos. Peñafiel detalla que muchas veces se trabaja sobre las potenciales victimas de agresión sexual -en su mayoría mujeres- pero no por evitar potenciales agresores.
En este punto, la educación no verbal es importante. Si los hijos ven que el padre manosea a la madre, le grita, la deja sola en las labores del hogar, esas conductas se repiten. “Educar con el ejemplo”, resalta Andrade.
Crear una red
No todos los padres están preparados para abordar las preguntas de los niños y es preferible que no respondan más allá de los que conocen.
Por eso, Peñafiel recomienda crear una red en la que el padre o madre reconozca que hay un tema que desconoce o que se le dificulta abordar y recurra a un sicólogo o a una persona de la familia que pueda guiarlos.
“La principal fuente de consulta deberían ser los cuidadores primarios, pero en la adolescencia suele haber una ruptura hacia la figura de autoridad (papá o mamá), ahí el rol del padre es identificar quién será esa figura que pueda hablar con el hijo de manera adecuada; será el hermano, el tío, un amigo”, agrega Peñafiel.
Mi opinión en 30 segundos Francisco Jaramillo, sexólogo: ‘Adolescentes no tratan a tiempo las ETS’
° Lamentablemente, no hay cifras de enfermedades de transmisión sexual en jóvenes, ya que ellos, por vergüenza y desconocimiento, no se hacen tratar. Como estas son enfermedades asintomáticas, ellos las detectan entre los 20 y 25 años. Cuando estas enfermedades están en una fase avanzada. Sin embargo, lo que más hemos tratado, en adolescentes, es el herpes y candidiasis. Es por eso que las campañas son importantes, porque los jóvenes no hablan de esto con sus padres o con sus maestros, y con el internet ellos piensan que ya lo saben todo y no es así.
Cómo hablar de sexualidad con los hijos
No se burle ni se ría, aunque la pregunta sea cómica. El niño podría sentirse avergonzado.
Hablar de forma natural, no mostrarse avergonzado o asumir una actitud estricta frente al tema.
Conteste con términos sencillos.
Use el nombre propio de cada parte del cuerpo.
Note si el niño quiere o necesita saber más. Después de responder, pregunte: “¿Resolví tu pregunta?”
Si no sabe la respuesta sea sincero. Busque apoyo con un profesional o investigue junto a su hijo.
Perciba las respuestas y reacciones del niño.
Comments